jueves, 1 de julio de 2010


leyendo 27 poemas con nombre de persona en cobra, junto a Belén Iannuzzi

el diez de julio lo presentamos en mite. Los poemas estarán sobre unas placas de madera. los míos y los de alejandro jorge y marina alessio.

el libro lo escribí cuando estaba enamorada y sentía que no existía la cultura sólo una materialidad de la cotidianeidad que era una materialidad espiritual de las pequeñas acciones, el encanto y la intensidad de la rutina compartida. Al contrario de lo que evoca la palabra rutina, cuando estaba enamorada la rutina era el éxtasis.

Entonces, como la cultura no existía, como no existían los nombres más allá de nuestro hogar trataba de conjurar mi alejamiento de la cultura (y del resto de las personas) evocando nombres. nombres que me suscitaban conceptos y emociones. Los nombres eran como la luz de las estrellas o algo así.

Qué se yo.

Igual nadie sabe bien lo que es el amor. Una cuestión de fe o de comercio.

Ahora creo que necesito escribir más y mejor. Uno siempre necesita esribir más y mejor. O más y peor.